Cuando una mamá se queda embarazada, nos imaginamos una gran barriga, el parto perfecto y que el bebé pueda disfrutar del calor de su familia nada más nacer. Y a veces, el parto se adelanta. Y cuando esto ocurre, no hay piel con piel, no hay ese primer contacto tan deseado y que tanto se había idealizado. Porque ese pequeño que nació antes de tiempo, tiene unas ganas enormes de vivir y su atención es primordial.
¿Por qué sucede esto? ¿Por qué un parto se adelanta? hay diferentes razones: embarazos múltiples, infecciones, hipertensión, diabetes… y mamá, papá ¿sabéis qué? vosotros no tienes la culpa.
¿Cuándo un bebé es prematuro? Se consideran prematuros a los bebés que nacen antes de la semana 37 de gestación. Son peques que nacen antes de tiempo y en ocasiones no están preparados para vivir sin ayuda fuera del útero. Dependiendo de la semana en la que nazcan sus órganos tendrán mayor o menor madurez, por lo que necesitarán diferentes cuidados
Cuando nacen entre la 32 y 37 semanas se les llama prematuros moderados a tardíos, suelen estar poco hospitalizados y no suelen necesitar mucho nuestra ayuda. Si nacen entre la semana 28 y32, entran dentro del grupo de muy prematuros y estos peques están un tiempo ingresados, necesitando soporte para respirar, comer… Por debajo de las 28 semanas, son los prematuros extremos, son los que más riesgos y dificultades tienen, los que más ayuda necesitan, sin duda, son pequeños guerreros.
¿Qué significa tener un bebé prematuro? Significa tener un superhéroe, un bebé que va a pelear con su diminuto cuerpo con todas sus fuerzas por respirar, aunque no puedan hacerlo sin ayuda. Son bebés, que aún sin estar preparados para la vida, no paran de luchar por ella.
Para los papás y mamás es una montaña rusa de emociones. Es un camino lleno de miedos e incertidumbres, en el que la mayor luz es ese pequeño cuerpo dentro de una incubadora. Días, semanas y meses de visitas al hospital. Acaban sabiendo de los cuidados de un prematuro casi tanto como nosotras.
¿Y qué pueden hacer los papás y mamás por sus pequeños superhéroes?
Intentar dar lactancia materna y si no es posible, dejar que se la den del banco de leche del hospital. La lactancia materna, les proteje de la enterocolitis necrosante neonatal (ENN) que es una patología digestiva grave y la prematuridad es un factor asociado.Poner en contacto piel con piel a vuestro pequeño con vosotros, lo que se conoce como Método Madre/Padre Canguro. Consiste en poner al bebé, sólo con el pañal, sobre el pecho descubierto de su papá o mamá. Sentir a sus padres es tan importante para los bebés que reduce el tiempo de ingreso, facilita la lactancia materna y hace que regulen mejor la temperatura, el ritmo cardiaco y la respiración. Es uno de los momentos más bonitos que os regalan estos pequeños superhéroes, un momento de calma, paz y de conexión. No son pocos los papis que lo pasan mal cuando su peque se «independiza» y pide otras posturas para ver más mundo.Pedir ayuda. Es una etapa dura y en ocasiones, larga. La familia y los amigos os pueden ayudar, no sólo como sostén emocional, también como apoyo para las cosas de casa y las comidas. Después de un largo día de hospital, no viene mal llegar y que la casa esté recogida y la comida hecha con el cariño de los vuestros. Y pedir ayuda a los profesionales sanitarios. Las emociones desbordan y no es fácil gestionar la llegada de un bebé prematuro, los días en el hospital se pueden hacer muy cuesta arriba y es importante una ayuda dirigida por un profesional sanitario.Nacer, es un proceso de adaptación. Los bebés pasan de estar muy cómodos y protegidos en el útero de su mamá, a llegar a un mundo desconocido, en el que su único consuelo es el contacto con sus padres. Para los bebés prematuros, nacer es llegar a un mundo hostil, lejos de sus papis y mamis, en el que los pinchazos, los pitidos de máquinas y la manipulación por extraños, es su día a día.
En el mundo, nacen unos 15 millones de niños prematuros, uno de cada diez recién nacidos. Y sin duda, se merecen un día, porque aún pesando 500 gramos, son enormes.