Fisioterapia del suelo pélvico

Algunas de esas disfunciones o problemas de suelo pélvico en los que te podemos ayudar son:

• Incontinencia urinaria y/o anal.
• Descenso de órganos pélvicos (prolapso).
• Dolor pélvico.
• Urgencia miccional.
• Dolor en las relaciones sexuales.
• Embarazo y posparto.
• Estreñimiento crónico.
• Disfunciones sexuales (anorgasmia, vaginismo…).

Es esencial cuidar y valorar el estado del suelo pélvico en los momentos clave de la vida de una mujer, como el embarazo, el posparto y la menopausia, pero también es importante prestar atención a cualquier síntoma que indique una disfunción o problema en el suelo pélvico, incluso si no se ha pasado por alguno de estos momentos.

La fisioterapia uroginecológica puede ayudar a prevenir y tratar estos problemas, mejorando significativamente la calidad de vida de las mujeres.

Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta diversos cambios que pueden afectar directamente al suelo pélvico. El útero aumenta de peso y tamaño a medida que crece el feto, se modifica la postura corporal, se incrementa la secreción hormonal y las alteraciones en el flujo intestinal. Es por ello que resulta crucial cuidar y fortalecer el suelo pélvico, así como valorar su estado durante esta etapa.

¿Cuándo valorar el suelo pélvico en el embarazo?

Aconsejamos realizar una valoración del suelo pélvico entre las semanas 26-32 del embarazo, siempre y cuando no haya ninguna razón para hacerlo antes. Si todo está bien, se puede programar la siguiente cita para comenzar con el masaje perineal y la preparación al parto. En caso de detectar alguna disfunción, se tendrá tiempo para abordarla adecuadamente.

Sin embargo, si antes de estas semanas se perciben anomalías como pérdidas de orina, dolor o sensación de pesadez, es conveniente realizar la valoración lo antes posible para identificar la causa y poner solución cuanto antes.

Si se trata de un segundo o posterior embarazo y no se ha llevado a cabo rehabilitación del suelo pélvico tras el parto anterior, se recomienda realizar una valoración a partir de la semana 14 del embarazo, una vez que la mujer se sienta cómoda para ello.