El 15 de Febrero se celebra el Día Internacional del Niño con Cáncer. Por desgracia, el cáncer no entiende de edades y tanto los pequeños como sus familias se merecen un día para darles visibilidad, concienciarnos y recordarnos que todos los niños tienen derecho a un diagnóstico y tratamiento adecuados. Todos se merecen la oportunidad de vivir.

Cada año se diagnostican unos 300.000 casos en el mundo, y la tasa de curación depende mucho del país donde sea diagnosticado. En un país como España la curación es de más del 80%, en países con ingresos más bajos o cuyo acceso a la sanidad está limitado a personas con rentas altas, la curación baja al 20%.
¿Cuáles son los tipos de cáncer más frecuentes en los peques? El cáncer infantil engloba diferentes enfermedades, cada una con sus peculiaridades y un comportamiento diferente entre sí, aunque todas tienen un denominador común: el crecimiento anormal de una célula o un grupo de ellas.
Se pueden dividir en dos tipos: enfermedades hematológicas y tumores sólidos.
- Enfermedades hematológicas:
- Leucemia: es el tipo de cáncer infantil más común. Se origina en la médula ósea, que es un tejido que hay dentro de los huesos y es donde se originan las células sanguineas. La leucemia se produce cuando hay un crecimiento incontrolado de glóbulos blancos inmaduros («blastos», para los amigos), que desplazan el resto de células sanguíneas. Hay diferentes tipos siendo la más común en niños la Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA).
- Linfomas: se desarrollan en el sistema linfático que forma parte del sistema inmunológico. Está formado por diferentes órganos como el bazo, timo, médula ósea… y por otros que tienen tejido linfoide (amígdalas, piel, instestino delgado y estómago). Hay dos tipos Linfoma Hodkin y Linfoma no Hodkin, siendo este último el más común en niños.
- Tumores sólidos: pueden ser benignos o malignos. Los más frecuentes en peques son:
- Neuroblastoma: solo afecta a niños, en general por debajo de los 5 años. Se origina en las células nerviosas simpáticas del cuello de la pelvis, normalmente en el abdomen.

- Tumores del Sistema Nervioso Central: es el segundo tumor más frecuente en niños. Se clasifican dependiendo del tejido en el que se desarrollan.
- Tumor de Wilms: en este tipo, las células afectadas son las de los riñones.
- Retinoblastoma: es un tumor que se desarrolla en la retina, en muchos casos siendo bilateral y afectando normalmente a menores de 5 años.
- Sarcomas: afectan al tejido óseo o a tejidos blandos, el más común en niños es el osteosarcoma, que suele afectar al fémur, tibia o húmero. El sarcoma de Ewing es un sarcoma en el que se ve afectada la parte central de los huesos y normalmente no se produce ni en huesos largos ni planos. Por último, el rabdomiosarcoma, afecta a partes blandas, fundamentalmente a las células de los músculos, siendo las zonas más frecuentes la cabeza, el cuello, la pelvis y las extremidades.
¿Cómo se puede prevenir y detectar el cáncer en niños? Por desgracia no se puede prevenir, así que lo más importante es el diagnóstico temprano y su tratamiento. Los síntomas son diferentes dependiendo del tipo de cáncer, cansancio, pérdida de apetito, hematomas, masas, dolor, cambios en el comportamiento, convulsiones… Son variados, a veces se confunden con afecciones normales de la infancia y pasan desapercibidos, lo que hace que el diagnóstico sea tardío.
¿Cómo es el diagnóstico y tratamiento? Cuando los papis notan que algo en su peque no está bien (una cojera que no cede, aparición de hematomas tras golpes leves o sin golpes, mucho cansancio, dolor…) suelen acudir al pediatra del centro de salud y éste lo deriva a urgencias pediátricas. En el hospital, se realizarán diferentes pruebas dependiendo de cuál sea la sospecha: analítica, biopsia, TAC… sus resultados, nos dan nombre y apellidos al cáncer.

En Asturias, los tratamientos se realizan en diferentes servicios pediátricos del HUCA (planta de hospitalización, UCI y hospital de día). La quimioterapia, radioterapia, cirugías y/o trasplantes, son los diferentes tipos de tratamiento. Una vez diagnosticado, el Hospital Central de Asturias, se convierte en su segunda casa, los ingresos hospitalarios son frecuentes y en muchas ocasiones pueden durar meses. El personal hospitalario, con el cual tienen que aprender a convivir, se vuelca y procura que sus estancias sean lo más agradables posibles.
¿Qué podemos hacer para ayudar a estos peques y sus familias? Cuando diagnostican cáncer a un niño o adolescente, en quién más hay que centrar la atención es en ese pequeño, porque su mundo es el que más se para. La asimilación, adaptación y miedos, dependen mucho de la edad del paciente. Pero no podemos olvidar, que al lado de cada niño hay una familia y ellos también sufren. Porque cuando diagnostican cáncer a un niño o a un adolescente, el miedo,el dolor, los ingresos, las mil consultas… les afectan a todos.

Hay diferentes asociaciones que luchan a diario contra el cáncer en niños y adolescentes. En Asturias, tenemos la suerte de contar con la Asociación Galbán, que tiene diferentes programas de ayuda, grupos de apoyo, pisos de acogida y sin duda, con su labor, facilitan el duro golpe que supone para un niño y su familia el paso por una de estas enfermedades. Recientemente, en colaboración con el área de gestión de pediatría del HUCA, han creado la APP «vivir con un cáncer infantil», que pretende ayudar a gestionar el día a día de un niño con cáncer.
Hay grupos de voluntarios que hacen visitas a los peques y les hacen pasar unas horas muy entretenidas. También están los payasos de hospital, Clowntigo, que sacan sonrisas tanto a los peques, como a las familias y lo admito, también al personal. Todos ellos forman un pequeño oasis, que a veces es casi tan necesario como la medicación que les administramos las enfermeras.
Y hay una cosa, que casi todos podemos hacer en la lucha contra el cáncer: hacernos donantes de médula ósea. Hay algunos tipos de cánceres hematológicos, que sólo se curan mediante trasplante de médula ósea. Las posibilidades de encontrar donante compatible son bajas, así que, cuantos más donantes, más posibilidades tienen algunas personas de vivir. Porque donar médula, es donar vida.

El cáncer infantil, aunque no nos guste, existe. En España se detectan unos 1.400 casos cada año, aunque la tasa de supervivencia es elevada, entre 2-4 pacientes de cada 10 tienen secuelas debido a los tratamientos y 2 de cada 10 niños mueren, y eso, hablando de niños, es mucho. No hablar de él, no nombrarle, no hace que desaperezca. La única forma que tenemos para que los peques afectados tengan más opciones de curación, es concienciarnos, informarnos y apoyar la investigación.
Trabajando en el área de oncología pediátrica, sientes y ves muchas cosas, rabia, dolor, impotencia… Pero si hay algo que te enseñan estos peques y sus familias por encima de todo, es el significado de la valentía y de la esperanza. Y por eso su lazo es dorado.